domingo, 19 de junio de 2011





El aroma de los lirios florecidos
me recuedan otras tardes de junio
allà en mi infancia, cuando
la retama se llenaba
del zumbido de las abejas.
y el  caudal fresco del riachuelo
hacìa el verano dulcificarse.
En cada tarde, dibujè tu figura
y lo hago toda vez que escribo de tì.
Estàs lejos de mis manos
ahora empezarà a morir el delicado tiempo
de las rosas
junto al helado aliento del invierno.

ELENA
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